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FRAY CRISTÓBAL DE CANALS

FRAY CRISTÓBAL DE CANALS

 

Aprovechando el centenario de la pérdida de nuestras últimas colonias me gustaría glosarles la historia de un hombre de la cruz, nacido en la Torreta de Canals en una humilde familia.

Qué emoción me embarga al intentar mostrarles en este hermoso escaparate que es nuestro libro de las fiestas patronales, la abnegada vida de este Capuchino del convento de Ollería, pues era hermano de mi abuela paterna y, por lo tanto, soy descendiente directo de él.

Nació, como queda dicho, en la Torreta de Canals, el 30 de mayo de 1867; siendo hijo de Felipe y Teresa, su nombre bautismal fue Felipe Penadés Sanz. No se conoce nada de su infancia.

Ingresó en la orden de los capuchinos el 19 de octubre de 1890 a los 23 años de edad, profesando el 20 de octubre de 1891 cuando empezó su misionado capuchino. Fue ordenado sacerdote el 18 de septiembre de 1895.

Llegó a Oceanía, concretamente a Filipinas, en 1896, en donde fue destinado a una pequeña misión situada en el pueble de Novetlè (como nuestro vecino pueblo y del cual tomó su nombre). Fue pasando por varias misiones hasta que el imperio americano, con su meditada destrucción de todo lo español por aquellos lares, le obligó a abandonar Filipinas y regresar a su tierra en 1924.

Recuerdo que mi padre me hablaba de él, pues fue la única vez que le vio y le conoció, como un hombre de firmes convicciones y seguro de su postulado. Tras este breve encuentro se despidió de sus familiares que no volvieron a verle.

Ya en 1925 fue en busca de nuevas misiones siendo destinado primeramente en Yap, Palaos, Saipán y, finalmente, en Guam, capital de las Islam Marianas, en el Pacífico.

Destinado luego a Colombia, se entregó con renovadas energías a la misión de Guajira, estando allí un año, pasando luego a San Andrés y Providencia, ayudando a crear la obra social del Padre Diego Pérez Arnaiz para la promoción y educación de los niños abandonados; siendo coautor de la famosa frase capuchina “Por sus frutos los conoceréis”.

Con qué orgullo debió pasear el nombre de Canals y Valencia por allá donde fuera, desplegando sus extraordinarias dotes de misionero que del cielo había recibido.

Falleció en dicha misión de Providencia a los 65 años de edad y 45 de hábitos.

Queda pues esta pequeña reseña como homenaje a este ejemplar hombre de la cruz y buen evangelista que fue Fray Cristóbal de Canals.

Con orgullo, tu sobrino-nieto, Rosendo García Grau.

Información entresacada de los archivos de la orden de los Capuchinos de Valencia.

Recogemos ahora los extractos que sobre el Padre Cristóbal de Canals han aparecido en algunas publicaciones.

CINCUENTA AÑOS DE MISIÓN BIEN CUMPLIDA

Reseña histórica de la misión capuchina de San Andrés y Providencia 1926 – 1976

Manuel Castellar Benlloch

Capuchinos – Bogotá

Año 1976

El Padre Cristóbal de Canals (1867-1932) había sido misionero, desde 1896, en Yap, Palaos y Guam. En estas apartadas islas del Pacífico permaneció hasta 1925 en que regresó a la Provincia de Valencia para tomarse un breve descanso. Ese mismo año pidió ser enviado a la Misión de La Guajira. Y allí le llegó el nuevo destino. Dado el perfecto conocimiento del inglés, era el hombre imprescindible para la nueva Misión.

Los jóvenes eran los Padres David de Castellfort (1893-1953) y Carlos Vicente María de Orihuela, que acababa de ser ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1926. Con ellos iría el Hermano Fray Antonio de Novelda 81897-1942).

El primero en viajar fue el Rvmo. P. Eugenio de Carcagente que llegaría a Puerto Colombia en octubre de 1926. Allí le esperaba ya el P. Cristóbal de Canals. Después del gozoso reencuentro con antiguos amigos y feligreses, el P. Eugenio y el P. Cristóbal marcharon a Cartagena para entrevistarse con el señor Arzobispo y viejo amigo, Mons. Pedro Adán Brioschi, para informarse y orientar la nueva empresa de la Misión. A continuación el P. Cristóbal viajaría a las islas, vía Colón, y el Rvmo. P. Eugenio subiría a Bogotá para entrevistarse con el Gobierno Nacional y el Arzobispo de Bogotá, para recabar los auxilios sin los cuales poco o nada podría hacerse.

 

UN VIAJE QUE SERÍA TAMBIÉN EL ÚLTIMO

En carta del Señor Intendente, J. Luna Ospina, al P. Eugenio, ya en Bogotá, fechada el 29 de noviembre de 1926, le comunicaba:

“El día tres del mes en curso desembarcó en esta isla de San Andrés el Rvdo. P. Fray Cristóbal de Canals, cuyo arribo se verificó dentro de las más felices circunstancias, tanto por la buena salud en que llegó el Padre Cristóbal, cuanto por las muy efusivas y espontáneas muestras de simpatía con que fue acogido y sigue siendo considerado”. (A.P.A. carpeta 24, Nº 2).

Los chiquillos de San Andrés, al ver la insólita figura del capuchino, creyeron ver el verdadero Santa Claus (San Nicolás) que les traía los juguetes de Navidad.

El P. Cristóbal rendiría un completo y exhaustivo informe en dos cartas, fechadas el 7 y 17 del mismo mes de noviembre. La primera recoge las impresiones iniciales de su llegada; la segunda, después de regresar de la isla de Providencia.

Nos honramos de transcribir algunos de sus apartes:

“Está esto (San Andrés) ahora, como aquellas islas de Carolinas y de Palaos, pero esto es más frío, porque al menos allá, los carolinos iban con frecuencia a nuestras casas y les gustaba hablar con los Padres y aquí no se arrima nadie. Ninguna persona viene, ni siquiera un chico para ayudar a misa”

“Todos los colombianos me han visitado, pues ellos en todas partes son cariñosos y buenos, y más con nosotros. Sólo los colombianos hablan español; los demás el inglés. Y lo peor es que estos naturales son en todo yankis. Así se explica este carácter tan frío que hemos de cambiar con nuestro apostolado para hacerles amar a Colombia y a la Religión Católica”

“Cristianos católicos son muy pocos. En Providencia son muchos más. Por eso allí viven dos Padres y tienen tres iglesias. No obstante la gente es pacífica y, naturalmente, honrada”

“En Providencia hay muchos católicos y bastante buenos. Va a la iglesia mucha gente de todas clases y hay niños acólitos muy buenos. Si vinieran Hermanas se llevarían a todos tras ellas, pues son sencillos y cariñosos.”

“Viene de perlas el cambio de misioneros españoles que amamos a Colombia, como a nuestra segunda Patria, que tenemos la misma lengua y que por Colombia hemos sacrificado los mejores años de nuestra juventud.”

“La realidad tremenda es ésta y hay que afrontarla. Cierto que vamos a padecer mucho, pero no importa. Con la ayuda de Dios y la benévola acogida que S.R. tendrá en Bogotá, que sabrá interesarse por esto, saldremos adelante.”

Y salieron adelante. Cinco misioneros de su temple no se iban a arredrar.

El Padre Cristóbal ya no hizo otro viaje, ni rindió otros informes.

NECROLÓGICO HISTÓRICO SERÁFICO DE LOS FRAILES MENORES CAPUCHINOS DE LA PROVINCIA DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO, DE VALENCIA 1596-1947

 

POR EL M.R.P. EUGENIO DE VALENCIA

CRONISTA Y ARCHIVERO

 

SEGUNDA EDICIÓN CORREGIDA Y AUMENTADA

VALENCIA, 1947

 

ISLA DE PROVIDENCIA (Colombia).

  • Cristóbal de Canals, misionero apostólico. Al poco de haberse ordenado presbítero marchó a las islas Carolinas occidentales. Estuvo en Yap, después en Palaos, luego en Saipen y finalmente en Guam, capital de las islas Marianas.

La labor que en todas estas residencias llevó a cabo fue intensamente apostólica. En 1925 se le destinó a la Misión del Vicariato Apostólico de La Guajira. Aquí permaneció un año, y pasó después al archipiélago de San Andrés y Provincia, quedando asignado a la isla de Providencia (Colombia), donde empezó a desplegar las extraordinarias dotes de misionero que del cielo había recibido. Por desgracia no pudo realizar sus maravillosas actividades, pues le visitó la muerte, y confortado con los Sacramentos, murió el 23 de septiembre de 1932. Contaba 65 años de edad y 41 de vida religiosa.

 

Apéndice 

Animae fratrum nostrorum defunctorum, quorum hodie memoriam facimus, per misericordiam Dei requiescant in pace.

Pie Jesu Domine, dona eis requiem sempiternam.

NECROLOGÍA

En nuestra Misión de San Andrés y Providencia, ha pasado a mejor vida el veterano Misionero Rdo. P. Cristóbal de Canals, a los 65 años de edad y 42 de vida religiosa. Había vestido el santo hábito de San Francisco en la Orden Capuchina el día 19 de octubre de 1890, emitió la profesión el 20 del mismo mes del año siguiente, recibió la ordenación sacerdotal el 18 de septiembre de 1895. Toda su vida, después de sacerdote, la ha pasado en la Misiones. Primeramente, la mayor parte de los años, en las Islas Carolinas, y hace un par de años en la nueva Misión de San Andrés y Providencia, poco después de haberse hecho cargo de su evangelización la Provincia Capuchina de Valencia. Descanse en paz del Señor este benemérito Misionero, que ha dado toda su vida a la Iglesia en beneficio de la conversión de los infieles y ofrezcamos algún sufragio por su alma.

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