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Club Papelo: crónica del Penyagolosa Trails®CSP

Uffff que calor.
Esta fue la frase más repetida el sábado allá en tierras castellonenses. Y es que no fue para menos ya que, aunque últimamente viene siendo habitual, una persona “normal” no acaba de acostumbrarse a semejante bochorno. Porque como ya he dicho alguna vez, entrenamos en frío para competir en calor, y viceversa. Tal vez, ¿deberíamos retrasar el objetivo principal a junio o julio? Si, puede, pero es que la CSP es la CSP…
Este año el plantel era el que sigue:
Maset, Santi, Toni, Osma, Jose Enrique y un servidor, que repetíamos la hazaña, y Micó yTovi como debutantes.

11244917_974745719204959_8306004029626444189_nAdemás, algunos compañeros de Canals como Fernando Catalá, Pablo Ibañez, Fernando Gimenez y Santi Chafer en la CSP, y Llorenç Sarrión en la MiM (No se si me dejo a alguien).
Como todos los años anteriores, fuimos el día anterior a recoger los dorsales y nos hospedamos en el hotel Doña Lola, como siempre.
Esa noche dormí como un tronco (en eso si que ya no tengo problemas), pero a la madrugada siguiente algo me empezaba a mosquear cuando salí a las 5:30 a la puerta del hotel y noté que me sobraban los manguitos.
Me da a mí que hoy va a hacer calor, pense.

Salí tal como le habia dicho a Maset, como si de una popular se tratara, y él también hizo lo propio. Santi nos siguió unos kilometros hasta que decidió reservar (que es lo que hubiera tenido que hacer yo tal vez).
En el avituallamiento de la Bassa de les Oronetes deje que se fuera Maset delante (jajaja que bien ha sonado eso), intuía que este tío iba a hacer algo grande.
Ahora es cuando estaba solo ante el peligro. Decidí regular un poco el ritmo tan fuerte que llevaba y hacer mi carrera, tranquilo, sin mirar el reloj y obsesionarme.
Porque una cosa la tenía clara, poseía la forma suficiente para hacer unas 17 horas, pero no deseaba tener esa presión de estar mirando el tiempo continuamente, ya que quería disfrutar en todo lo posible y sobretodo terminarla como fuera.
Pero todo esto dicho así suena muy bonito, hay veces (la mayoría) que las cosas no salen como crees y cada uno en cada situación tiene una forma de reaccionar diferente.
Y como la cosa se tenía que torcer, se torció.

Cuando notas que pasa el tiempo y no tienes ganas de orinar, y cuando por fin lo haces salen cuatro gotas oscuras y notas que escuece, mal vamos. Deshidratación al canto. Y a partir de ahí ya es como la bola de nieve que va haciéndose cada vez mas grande: dolor de estomago nauseas, mareos… Puedes parar y descansar, que es lo que hice yo, no es una solución pero algo alivia, ademas pierdes mucho tiempo.
Y eso fue lo que hice a partir de Adzaneta. Cada control era una meta, donde paraba, me mojaba la cabeza, he intentaba comer algo, aunque me daba la sensación de que todo lo que comía caía en saco roto, que llegaba al estómago y ahí se quedaba, y cada vez más hinchado, y más, y más….. seguro que a más de uno le sonará esto. Pero a pesar de todo, y es lo que luego me extrañó, es que no tuve nunca la tentación de abandonar. Se vé que el angelito estaba de vacaciones. ¿o es el demonio el que te incita a abandonar? No sé, no sé, porque en estas carreras tan duras hay que ser malo para decirte que sigas…

Llegué a Benafigos y cuando me hube recuperado un poco del puto muro, y después de meter unas cuantas veces la cabeza bajo el grifo, decidí seguir. Sabía que ahora venia lo más duro, pero me daba igual. “Poquet a poquet” que dicen en mi pueblo.
En la interminable subida a Culla fue cuando me adelantó Santi, que también estaba hecho polvo, pero él lo llevaba mejor que yo.
Cuando por fin llego al control de Culla, veo a Santi que está dispuesto a salir ya, me da ánimos y sigue. Yo estaba dispuesto en ese control incluso a echarme una cabezadita, imaginaos lo jodido que estaba. Allí bebo buena cantidad de zumo, que me sienta bastante bien y hablo con el amigo Fernando Català, que me comenta que se había retirado en Benéficos, porque no iba bien y encima no le estaba gustando la carrera. También me anima antes de irse hacia Castellón y me ofrece unas cápsulas de cafeína y unos ibuprofenos. Se lo agradezco e inmediatamente me tomo una cápsula, a ver si me espabila un poco, como lo hice en el Rincón de Ademuz.

Saco el movil y miro la hora. Ni me acuerdo que hora era, ni en ese momento sabia si iba bien de tiempo o no, porque ni me acordaba de las referencias de años anteriores, yo sólo quería que acabase aquel infierno y, después de casi una hora allí, decido armarme de valor y poner rumbo a Vistabella.

DSC_9427Antes de Vistabella hay otro control, el de la Ermita de Sant Bertomeu. Allí tenían hielo y todo. Y cerveza. A punto estuve de tomarme una, pero tal conforme tenía el estómago…
Ahora lo más duro había pasado, ya no hacia calor, cosa que hizo que me recuperara bastante anímicamente, aunque la “pancha” la tuviera hecha un cajón desastre.
Llego a Vistabella y mando un whassap de autoánimo al grupo de Papelo, pero ya no me entretengo tanto, además quería aprovechar las últimas horas de sol que quedaban. Sólo me hice un caldo caliente y seguí mi marcha. Cuando ví que se me hacia de noche mucho antes de llegar a Xodos me dí cuenta que por lo menos 19 ó 20 horas no me las quitaba nadie, pero eso ya no importaba.
Este tramo hasta meta ya me lo conocía bien y eso me daba algo de tranquilidad, pero ya había caído la noche y yo seguía mareado, sin gasolina, porque ya hacia rato que no había comido nada.

Tras pasar por Xodos hay una pequeña subida y como ya estaba cansado, decido hacerme con un palo para ayudarme un poco a subir. Che, el palo iba de lujo, a ver si encuentro otro… Bueno va, es igual, ahora viene una pequeña bajada…
Me ayudo con el palo apoyándome, pero me desestabilizo, tropiezo con una piedra y pataplaf… allá que va, el palo por un sitio y yo por otro. Después de rodar por el suelo, siento un duro golpe en la rodilla…. Me caguen la **** ***** que ***** ***** deuuuuuu. Miro y veo un pequeño pero profundo corte en la rótula, por el que empieza a salir sangre. Joderrrrr, ahora si que se ha terminado esto, pensé, aún con el dolor del golpe. Enseguida me acordé de José Luis, que hace poco le pasó lo mismo, aunque más grave la lesión.
Después de calmarme un poco, y de ver que era inútil que me limpiara la sangre con el agua de beber, ya que no paraba de salir, decidí probar a caminar. Ufffff bien, menos mal que por lo menos puedo caminar. Así que seguí, porque veía que no forzando mucho la rodilla, la sangre se coagulaba un poco y paraba de sangrar.

Pasé los últimos dos controles, y en el último bebí un poco de Pepsi, que por fin me hizo vomitar y hacer que mi estómago se aliviara un poco. Mientras estaba allí, vomitando y con la pantorrilla roja de sangre, noté que los del control me miraban raro (como pa no…), me preguntaban si estaba bien. Yo les respondí: Ahora si.
Entonces me despedí de ellos y enfilé con rabia la última pista de subida. Sin darme cuenta, dejé atrás a un colega de Cheste que venía conmigo, pero tenía muchísimas ganas de llegar al final de la pista, donde ya todo es bajada hasta meta. Enfilé a correr hacia abajo, ya la rodilla me daba igual, total, estaba más de tres horas sangrando, por un ratito más… Pasé por delante de la puerta de la senda que sube al pico Penyagolosa, luego por el cruce de la Banyadera, la senda del barranco de la Pegunta, bajando al trote pero con cuidado de no caerme otra vez y por fin…. la meta. Esta vez no tengo a nadie ni delante ni detrás de mí. Toda para mí. Veo el tiempo, 20 horas y 1 minuto. 30 minutos menos que el año pasado, padeciendo el doble, no está nada mal. Más que satisfecho.

Cacho medalla finisher, a coser la herida y a ducharse, que esto ha terminado.

Allí coincidí con Fernando Gimenez, de Canals, que había entrado 10 minutos antes que yo. Al cabo de una hora entraría Toni Pastor, 9º de veteranos. De Santi y Maset no sabía nada pero algo me daba que les había ido bastante bien. Y así fue, a Santi le salió la carrera de su vida, con poco más de 18 horas, ya era hora que le saliera una en condiciones, sin ningún tipo de lesión a las que tanto es asiduo. Me alegro enormemente.
Lo de Maset, es un caso aparte, yo no se dónde estará el secreto, pero éste llegará más lejos de lo que cree. Capaz de plantarle cara a los “primeros espadas” de la CSP. Sí, los “primeros espadas”, esos que la mitad abandonaron y la otra mitad iban mejor asistidos que Kilian Jornet, cuando él hasta minutos antes de irnos a Castellón no tenía ni botellines para beber, se los tuvieron que dejar. Increíble. El 9º de la general con apenas 15 horas, hasta ha salido en la revista Sense Limits Aventura como top10 de la CSP, y por consiguiente el Papelo, claro. Eso sí, lo único que desearía que cuando venga el Salomon Running o La Sportiva Team a ficharlo, que por lo menos se acuerde de donde viene, jejejeje.
Tovi, Osma y José Enrique, tres auténticos luchadores que también consiguieron su propósito que no era otro que terminar, y así lo hicieron, con 24 horas y media, Osma con un bulto en la rodilla y Tovi con la Maratón de Carricola aún caliente de la semana pasada.
La única nota triste fue la de Micó, que pese a estar en muy buena forma se vio obligado a abandonar en Benafigos, a causa de dolores abdominales y calambres en los gemelos, seguramente a una mala hidratación/nutrición. Tranquilo Micó, todo esto es experiencia que vas sumando, ya vendrán carreras mejores, guardadas por ahí por algún “rincón”…
Respecto a los demás de Canals, luego me enteré que Pablo Ibáñez, que ha venido en alguna ocasión a correr con nosotros, lograba después de 26 horas cumplir su objetivo, que también era terminar. Bravo. El que no tuvo tanta suerte fue su compañero Santi Chafer, que también tuvo que abandonar en Benafigos.
Y Llorenç Sarrión, que se apuntaba otra MiM, con 9 horas y media, pero con el dorsal de Ferran Garrido, también de Canals, el cual no pudo asistir porque… atención… ¡Se va a la Zegama-Aizkorri la semana que viene! Es la meca del Trail en España y, para que os hagáis una idea, el poder ir es como si te tocara la ONCE, ya que sortean 450 dorsales entre 5000 personas, y va y le toca. Ferran, que tingues sort i disfruta molt en Zegama, qui puguera…
Y esto es todo. Que me perdonen si me he dejado a alguien.
Ahora llega el momento de los agradecimientos, eso si, en primer lugar como siempre, muchas gracias a todos los voluntarios/as que hacéis posible que un evento de esta magnitud salga perfectamente, gracias por ser nuestros asistentes, psicólogos y camareros por un momento, por todos los ánimos que nos dais, todo a cambio de un gracias y una sonrisa….
Por supuesto también a la organización, Protección Civil, Guardia Civil…
Como no, ya se las dí en su momento, pero lo vuelvo a hacer, gracias Fernando Catalá por esos ánimos que tanto necesitaba en ese instante y por las medicinas que, aunque tenia el estómago revuelto, parece que un poco si que ayudaron a que me espabilara (Ahora, donde esté una buena leche como la que me dí, que se quiten todas las cápsulas de cafeína jajajajaja).
También quiero acordarme de Jorge Castells, la mare de Deu d’Agrés, que en todos sitios me lo encontraba, me animaba y me ofrecía su ayuda. Gracies Jorge.
Y por último, a Marc, David, mi cuñado Miguel Angel, demás amigos del Facebook, y como no, a mi fiel equipo del Papelo que estuvieron siguiéndome a través de las redes.
A éstos últimos dedico esta bonita foto cargada de ilusión, esfuerzo y buenos y malos momentos, y que para mi significa mucho.

Espero que os haya gustado. Hasta la próxima.

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