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LOS ARRIEROS DE CANALS: “ELS BURREROS”

COSTUMBRES   DE  AYER

Los  Arrieros de  Canals “ELS  BURREROS”

La literatura se ha enriquecido, con mucha frecuencia con unos personajes, en otra época muy populares y necesarios, formando un auténtico gremio, que merecieron también el honor de aparecer en los escenarios, y que inspiraron a algún poeta para sus composiciones inolvidables, enriqueciendo además nuestro refranero.
Estos personajes eran los arrieros, que en Canals les llamábamos familiarmente “Els Burreros”.

En nuestro pueblo existían bastantes “Burreros” pues en aquellos años eran casi los cínicos, que con sus burros, constituían la industria del transporte local, muy variado por cierto.

Era de ver y admirar el uniforme que llevaban estos hombres. Ataviados con los pantalones de  pana, camisa con chaleco pasado por un solo brazo, abrigaban sus riñones para verse libres del lumbago, con un ancha faja sobre la que travesaban una buena vara que, como decía Míguelo, era el “reglament” que se usaba cuando algún burro rebelde no quería cumplir con las normas de su trabajo.

Normalmente la “recua” se componía de dos burros a los que solían apodar con algún nombre particular.

Los nombres de Arrieros ó “Els Burreros” de aquí de Canals fueron, los hermanos, Ramón, Higinio y Vicente “TAMBORS”, Batiste, Enrique, José y Vicente “GARBES”, Quico, Ramón y Antonio “CAGANDERS”, y los restantes Ramón “ PANTORRILLA”, Salvador “EL ROXET”, Antonio “PALOP”, Roberto “PICHIRRI”, José “EL BANCA”, el tío Juan Belda ”EL MONJO”, Pepe ”BACORA, Antonio “EL NOY”, Miguel Huertas “MIGUELON EL BURRERO”, y otros mas que no recuerdo.

Estos hombres con sus burros, eran los que surtían de leña de la montaña a los hornos de pan, a los “alfareros” “als teulars” “als algepsars” y otras casas particulares. Por cierto se trataba de una leña muy aromática, ya que el matorral que cortaban de la montaña lo componían los romeros, la coscolla, ramas de pino, sabinas y enebras, aliagas, tomillos y otras clases de niatas que crecen en nuestras montañas y pinares hasta parece que todo lo que entonces se cocía en nuestros hornos con aquella clase de leña tan olorosa resaltaba más sabrosa que en la actualidad. Otro transporte que solían hacer “Els Burreros” era el acarreo al llevar grava, arena, gravilla del rio Cañoles, a las obras que se hacían por entonces, también eran unos auténticos especialistas y sacaban todo su arte en “traure el fem” de las casas; sobre todo vaciar los “retretes” de entonces “els excusats”. Para este trabajo tenían muy en cuenta a los enfermos vecinos a la casa; circunstancias que era muy respetada, sobre todo si había alguna partera. También traían la “Pinocha” para vestir la Foguera de San Antonio.

En ocasiones no era raro verles cargados con productos de la industria local para facturar en la estación de L´ Alcudia de Crespins.

También sacaban el ripio y escombros de los derribos de la construcción en aquellos años no tenía la importancia ni el volumen de la actualidad.

Fue muy importante el buen humor de estos hombres, naturalmente buenos y campechanos de verdad. Solían almorzar por las mañanas en las tabernas de entonces.

Aun recuerdo cuando niño, como ataban los burros en el árbol de la plaza del Ayuntamiento cerca de mi casa, y entraban en la taberna de “La Tía Tereseta” y se hacían “un traguet” de vino acompañando el almuerzo, y un Sr. que siempre o casi siempre se encontraba por allí les pregunto qué  cantidad era el “traguet” y le contestaron con mucha gracia que menos que un “litret”.

No cabe duda de que en épocas anteriores los arrieros formaban un gremio importante, y no solo por lo que la literatura haya escrito sobre ellos, sino por los muchos refranes que se apoyan en estos hombres sencillos y buenos, y así se dice “Arriero de un jumento buen plato y mal testamento” que enseña lo escaso del producto del tráfico en pequeño, con relación al gasto.

“Arrieros somos y en el camino nos encontraremos” que expresa que todos mutuamente nos necesitamos en este mundo y el que se niega a servir a otro se expone a sufrir, igual negativa cuando necesite auxilio. “De arriero a arriero no pasa dinero” que denota la mutua generosidad que debe haber entre los de un mismo oficio.

“Hasta que no muera el arriero no se sabe de quién es  la recua” con que se designa lo fácil que es padecer engaño sobre la verdadera riqueza de los traficantes.

Hoy los arrieros ya son historia pasada. Los niños y jovencitos de nuestros días ya no conocen ”als  burreros”. El transporte, aparte de que muchas de aquellas mercancías ya no se usan, se verifica a través de camiones y furgonetas, vehículos más rápidos y con más capacidad de carga que los carros, con todo estas líneas, pretenden, de alguna manera rendir un justo homenaje a estos hombres, abnegados y trabajadores, que en una época no lejana, formaron parte de la estructura organizativa de nuestro pueblo, y sin grandes pretensiones desempeñaron un papel importante en el acarreo de casas y mercancías de toda índole del transporte local.

Els parells

Ramón Esteve Vidal, llibre de festes de 2011

Fotos de José Sancho Ubeda, anys 50

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