
El entorno nos llama a perdernos, a separanos de nuestro Ser.
Nos llama a vivir perdidos, desencajados.
El hogar interno está yermo y vacío.
Sufrimos.
Un día, descubrimos los verdaderos tesoros.
Hablábamos el viernes del aire dulce de la primavera, de la comunión.
Comunión: tan lejos, tan cerca.
Si: un mundo nuevo nos espera.
No le demos la espalda.
“La cultura actual nos propone sin cesar objetos o actividades tentadores. Y no sólo no se previene a la gente de los peligros que eso representa, sino que se hace todo lo posible para persuadirla de que las satisfacciones que todo esto le va a proporcionar, contribuirán a su desarrollo, de que son incluso la condición para ello. Pues bien, no, no va a ser la multiplicación de tantos deseos a satisfacer lo que enriquecerá a los hombres. Al contrario,
Fuente: mindalia.com
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