El domingo por la mañana llegamos hasta el campamento de Matahombres en Camrena de la Sierra, donde empezamos la ruta.
Desde allí nos equipamos con todo lo que teníamos, pues estábamos a 2ºC y en cotas más altas el viento iba a ser protagonista.
Y efectivamente, fue tan fuerte el viento que, cerca de la cumbre, parecía que nos fuese a tirar al suelo. Ya en la cumbre el viento era insoportable, pero nos pudimos resguardar detrás del monolito y tomar algo para recuperar fuerzas.
Para descender, nos metimos por un barranco donde el viento casi no se notaba y ya pudimos ir ladeando la montaña hasta volver al campamento.
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